En Costa Rica, la energía solar se ha convertido en mucho más que una tecnología limpia. Es también una herramienta poderosa de inclusión social.
En este artículo, te compartiré una experiencia transformadora: nuestras visitas a las escuelas JU KRIBÄTÄ, BUENA VISTA y al Proyecto Zona Fronteriza, donde HiPower y la Fundación Omar Dengo llevan energía eléctrica a comunidades indígenas que han estado históricamente desconectadas de la red
Energía solar para el desarrollo social
Costa Rica es reconocida por su compromiso con la sostenibilidad ambiental. Pero ese compromiso va más allá de los parques eólicos y grandes plantas hidroeléctricas: también se manifiesta en pequeños proyectos que llevan energía a lugares donde nunca ha existido. En este contexto, la energía solar está cerrando brechas.
Muchas comunidades indígenas en zonas rurales carecen de acceso a servicios básicos como la electricidad. Esto afecta directamente su educación, salud, comunicación y oportunidades de desarrollo económico. La instalación de sistemas solares fotovoltaicos cambia esta realidad de forma inmediata y sostenible.
Escuelas sin electricidad: una realidad que está cambiando
Las comunidades indígenas, como JU KRIBÄTÄ y BUENA VISTA, han enfrentado grandes retos debido a la falta de infraestructura eléctrica. El acceso a energía solar en sus centros educativos permitió tener luz, e utilizar computadoras, cargar dispositivos y acceder a recursos pedagógicos nuevos.
Gracias a la colaboración entre la Fundación Omar Dengo, HiPower y actores locales, estos proyectos han logrado llevar electricidad por primera vez a escuelas en zonas rurales e indígenas. Esto se traduce en nuevas oportunidades para docentes y estudiantes, y en un entorno escolar más digno, inclusivo y eficiente.
Una experiencia transformadora
Durante nuestras visitas a las escuelas JU KRIBÄTÄ, BUENA VISTA y al Proyecto Zona Fronteriza, pudimos sumergirnos en la realidad de estas comunidades. Esto fue inspirador ver cómo el compromiso y el trabajo en equipo están llevando adelante este proyecto de la mano con la Fundación Omar Dengo y HiPower, con un impacto positivo en toda la comunidad.
Observamos cómo la energía solar estaba empoderando a las personas, brindándoles autonomía y generando un sentido de orgullo por contribuir a un futuro más sostenible.
La sonrisa en los rostros de los niños y las comunidades al tener acceso a la electricidad fue realmente conmovedor. Sentí una conexión profunda con estas personas y su lucha diaria para prosperar en un mundo a menudo desigual.
Energía limpia con propósito
Ser parte de este esfuerzo de inclusión social como colaborador de HiPower fue un privilegio. Estos proyectos nos recuerdan que la sostenibilidad no solo se trata de reducir emisiones, sino también de garantizar equidad, acceso y dignidad.
Cada sistema instalado, cada panel solar, es un paso hacia una Costa Rica más justa y resiliente. Y nos muestra que con voluntad, alianzas estratégicas y tecnología adecuada, es posible llevar desarrollo real a quienes más lo necesitan.