El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental. Desde lavarse las manos hasta preparar alimentos, el agua está presente en prácticamente todas las actividades de nuestra vida diaria. Sin embargo, garantizar este acceso no siempre es fácil, especialmente en comunidades rurales donde los acueductos comunales —conocidos como ASADAS— enfrentan grandes desafíos operativos y financieros.
Como expresa Roy Arias, administrador del acueducto de Paquera:
“Desde que nos levantamos, casi que una de las primeras cosas que hacemos es tomar agua, lavarnos la cara, los dientes… todas las actividades requieren agua.”
Muchas ASADAS en zonas rurales de Costa Rica dependen de sistemas de bombeo eléctrico para distribuir agua potable. Esto implica un alto consumo energético que, en algunos casos, representa hasta el 70% del presupuesto operativo de estas organizaciones. En contextos de vulnerabilidad social y climática, este gasto limita su capacidad de invertir en mejoras o mantenimiento de la infraestructura.
Frente a este escenario, surge una solución sostenible: la reconversión a energía solar como forma de asegurar el abastecimiento de agua, reducir costos y fortalecer la resiliencia de estas comunidades.
En 2016 nació una iniciativa transformadora con el objetivo de fortalecer la gestión comunitaria del agua a través de fuentes de energía limpias. El proyecto “Reconversión de 17 ASADAS en organizaciones sustentables a partir de la innovación energética” fue impulsado por CEDARENA, financiado por la Fundación CRUSA y ejecutado en alianza con HiPower.
La meta era clara: reducir los costos energéticos de las ASADAS mediante la implementación de sistemas fotovoltaicos, mejorando así su sostenibilidad económica y ambiental.
La selección de las ASADAS no fue aleatoria. Se realizó un diagnóstico técnico y social que abarcó más de 50 organizaciones en zonas rurales. Los criterios para priorizarlas incluyeron:
Además del equipamiento con paneles solares, el proyecto incluyó capacitaciones técnicas, talleres de gestión y la elaboración de planes de negocios. De esta forma, los fondos ahorrados por la disminución en la factura eléctrica tendrían un uso estratégico y orientado al desarrollo de las comunidades.
Con una inversión total de $90,000 en sistemas fotovoltaicos, las 17 ASADAS reconvertidas han logrado una transformación tangible en su modelo operativo. El uso de energía solar ha reducido, en promedio, hasta un 50% del gasto en electricidad, liberando recursos que antes se destinaban casi por completo al pago de la factura eléctrica.
“La instalación de paneles solares ha sido muy importante. Gran parte del dinero que recaudábamos lo utilizábamos en pagar la luz”, explica Olga Zárate, presidenta de la ASADA de Gigante, en Paquera.
Esta reducción de costos ha permitido a las ASADAS:
Desde la ASADA de Bajos Negros, Raúl Odio destaca que el cambio ha sido clave para la sostenibilidad operativa y que los beneficios se reflejan directamente en una mejor gestión del recurso hídrico.
En resumen, la reconversión energética no solo permitió un ahorro significativo, sino que también fortaleció la autonomía financiera y la capacidad de inversión de estas organizaciones comunales.
Fuente: CEDARENA
Además de la instalación de los sistemas solares, el proyecto incorporó un componente fundamental: educación y capacitación para asegurar el buen uso y mantenimiento de los equipos.
CEDARENA, junto con expertos técnicos, brindó talleres y acompañamiento personalizado a los miembros de las ASADAS sobre:
“La capacitación les permitió entender cómo funcionan los sistemas solares y qué medidas deben tomar para aprovecharlos al máximo y mantenerlos produciendo energía el mayor tiempo posible”, señaló Isaac Reyes, instructor del programa.
Esta formación no solo empoderó a los equipos locales, sino que también aumentó la vida útil de las instalaciones y redujo la dependencia de soporte técnico externo, fortaleciendo así la autonomía energética de las comunidades.
Fuente: CEDARENA
El proyecto de reconversión energética de 17 ASADAS en Guanacaste y Puntarenas es un ejemplo concreto de cómo la energía solar puede transformar la gestión del agua en comunidades rurales.
Gracias a esta iniciativa:
En un contexto donde el acceso al agua potable es un derecho humano y un desafío creciente, fortalecer los acueductos comunales con soluciones energéticas limpias no solo es viable, sino necesario.
Este caso demuestra que con el apoyo técnico adecuado, financiamiento estratégico y voluntad comunitaria, es posible escalar soluciones sostenibles que beneficien directamente a quienes más lo necesitan.
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Nota: Este artículo tiene fines informativos y no sustituye el asesoramiento técnico profesional. Para proyectos solares, siempre es recomendable contar con personal certificado y calificado.